Ventrílocuo   Acuarela de Lorena Bonillo

La ventriloquia es el arte que practica el ventrílocuo, que es aquél que sabe modificar su voz —real o con el timbre cambiado de manera que parezca venir de lejos, a pesar de poder ser aprendida, es una facultad innata. El término proviene del latín ventrilocuus, ‘el que habla con el vientre’, pues se pensaba que la habilidad era el resultado de un proceso poco corriente, que durante la respiración se realizaba en el estómago y que el sonido se originaba allí. Es el arte de hablar sin mover los labios de modo que una vez proyectada la voz, parece originarse en otro lugar con la finalidad de dar voz ilusoriamente a un muñeco.

En realidad el sonido proviene de la garganta, que es el único órgano fonador, y no se proyecta de ninguna manera hacia ningún lugar, sino que se crea la ilusión de que proviene de otro lugar, para ello son importantes los movimientos del muñeco, de su boca como si articulara palabras, y cuando mira al publico o al ventrílocuos, esta distracción produce en el espectador la ilusión perfecta de que es el muñeco quien habla, cuanto más diferentes sean los timbres de voz, la forma de expresarse y la personalidad de que se dota al muñeco, que difiere notablemente con la del ventrílocuo, mayor será la visión de que estamos frente a dos sujetos diferentes y de que la voz procede de dos lugares distinto. Por supuesto nadie cree que habla el muñeco, tal cual en los trucos de magia, no creemos que en realidad el mago haga desaparecer y aparecer cosas, pero nos dejamos asombrar por la presentación del truco, igual es en este caso, nos dejamos llevar por la ilusión del que el muñeco tiene vida.

La técnica básica de la ventriloquia, es hablar sin mover los labios, llegar a dominar estas técnicas puede llevarnos meses, o incluso de años veamos; Primero se ha de encontrar una voz de diferente timbre a la nuestra que podamos modular cómodamente, quizá una voz infantil o una voz ronca que surja con facilidad sin forzar la garganta,  debemos practicar con ella, hablar y hablar hasta que la hagamos nuestra, después hablar con esta voz intentando no mover los labios, manteniendo una sonrisa con la boca entreabierta que nos permita expulsar la voz ventriloquial,  practicar mucho frente a un espejo esto ayuda a alentarnos viendo con que facilidad progresamos y lo logramos hasta que el paso de voz  ventriloquial sea automático he inconsciente que pueda realizarse tan rápidamente como sea necesario.

Aunque es imposible no mover nunca los labios, sí que se puede minimizar al máximo. Naturalmente el primer impulso del espectador es observar la técnica del ventrílocuo, pero si el personaje lo atrae con su movimientos acompañado con el dialogo, él no apreciara el movimientos de los labios y se olvidará de observarlo, centrando la atención en el muñeco, completando así la ilusión.

Su origen es tan viejo que se remota a los tiempos del Antiguo Testamento. Ya Isaías mencionaba a un ventrílocuo en la Biblia., la arqueología egipcia y hebrea también daban cuenta de este arte, y los griegos los consideraban vinculados con lo demoníaco, ya que este arte no se empleaba como diversión, sino para otros fines. Los griegos también practicaban la ventriloquia y que ellos denominaban “Gastromancia” y que consistía en que un hechicero contestara a las preguntas que le eran echas y el que preguntaba creía que era el espíritu por el solicitado que contestaba desde su morada, esta adivinación siguen en practica aun hasta nuestros días. Euricles de Atenas fue un famoso ventrílocuo de la antigua Grecia, pero el primer ventrílocuo conocido fue Louis Brabent, ayuda de cámara del rey Francisco I de Francia en el siglo XVI. En Inglaterra, Henry King, llamado el susurrador del rey, sirvió del mismo modo a Carlos I a principios del siglo XVII. Este arte fue practicado en la India y China, y también entre los zulúes, maoríes, y esquimales. La gente de aquellos tiempos era muy supersticiosa, creían en brujas y hechizos mas o menos encubiertos bajo practicas religiosas para embaucar a los de buena fe.

La variada forma de adivinación que existían entre los diferentes pueblos antiguos y que los sacerdotes atribuían a revelaciones de un espíritu, no dejaba de ser otros tantos efectos de la ventriloquia

Uno de los primeros actos de ventriloquia que han sido famosos fue el realizado por Louis Brabent para el rey Francisco I de Francia, durante su reinado en el siglo XVI. Sin embargo, en otras culturas, como la Zulú y la Maorí, así como en la griega, la ventriloquia era asociada a prácticas religiosas de carácter oscuro. De este mismo modo, durante la Inquisición, varios ventrílocuos fueron condenados a morir en la hoguera, que la Inquisición condeno por considerar que su arte era brujería.

En el siglo XIX la ventriloquia tomo auge integrándose al mundo del espectáculo allí estaban Borel, Thiermet, O´Kill, Cardo, Menguen, Artur Prince, Sain Gille y Harri Kennedy autor del libro “ El ventrílocuo y arte” ellos fueron pioneros  primero en ferias y circos, como cabezas parlantes en una caja, luego en locales nocturnos y teatros con muñecos de cuerpo entero.

La técnica se perfeccionó en el siglo XVIII. También la ventriloquia era conocida y practicada en India y China. En Europa y los Estados Unidos, la ventriloquia ocupa su lugar en los entretenimientos populares donde los ventrílocuos alcanzaron mayor notoriedad en este siglo, gracias a los exclusivos shows de Las Vegas y la cercanía de Hollywood, que le valió a uno de ellos, Edgar Bergen, un Oscar especial en 1937, que compartió con Charlie Mc Carthy, el muñeco de galera y monóculo que siempre lo acompañó.

Hoy en día los ventrílocuos realizan geniales espectáculos en todo el mundo, ganando no sólo la propia fama, sino que llevando a sus muñecos a ser reconocidos y afamados personajes.

En Argentina

Desde los tiempos de la colonia hay documentos que hablan de los ventrílocuos en argentina, en el siglo XIX en 1859, a dos años de la inauguración del antiguo Teatro Colón, (lugar que hoy ocupa Banco Nación) se presentó allí el famoso mago-ventrílocuo alemán Carl Herrmann, años después el escoses Bosthrvich Rai años mas adelante el conocido Rey de los ventrílocuos, Francis Sanz y  Paúl Caro, Fred Russell (1862-1957) algunos recorrieron el país, los periódico de la época lo comentan como espectáculo de varietés o circense.

En 1935 los diarios de la época publican en distintos espectáculos teatrales al conocido muñeco Don Pánfilo personaje creado por Emilio Agudiez, famoso ventrílocuo que hizo historia en nuestro país, mas adelante Dilmer con sus personajes Venancio y Tranquilo, Tato Cifuentes y Tatín (Chileno) Gudy de Caro y Teodoro, Wilson y Panchito el español nacionalizado argentino Justo Torresilla “Claudinet y Paquito” autor de varios libros sobre el tema. Con la instauración de la televisión en todos el país  Chasman y Chirolita marcan un hito en la ventriloquia, ya que es quien tuvo la oportunidad de estar en la pantalla chica para el país, al ser protagonista de este acontecimiento lo llevo ser el mas famoso de la década del 70, compartieron Javier y Jaimito, Marcelo Bonetti y Cirilo, Juan Pablo y el mono Toto, Carlos Magó y Cholito, Charlie y Rosita, Karim y Compania, Nino y Toto, Nichols y Picaflor, Ramiro y Coquito (Bolivia) El payaso Viruta y Tatín, Rodolfo Aredes y Pepito entre otros.

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