Que paseó por buena parte del mundo el prestigio de los ventrílocuos argentinos. Es imposible separarlo del Muñeco Pepito, un personaje que caló muy hondo en los corazones de quienes lo conocieron desde que nació el 17 de Abril de 1956.

Su padre, el ventrílocuo Rodolfo Aredes logró darle, a pesar de su apariencia frágil, magnanimidad y fuerza de carácter hasta convertirlo en casi humano. Pepito con el pasar de los años, se ha convertido en un héroe casi siempre listo para acudir en ayuda de los débiles y ponerle palabras al silencio del pueblo. Su personalidad, si los muñecos pueden tenerla, se ha impuesto al punto de merecer el cariño y respecto de grandes y chicos.

Nada mas cierto, como rezan los refranes populares, 'de tal palo tal astilla'. Pepito refleja el sello de su padre: el salteño Rodolfo Aredes, quien respondió al llamado de su vocación.

Hijo de Luis Lucci y María Cruz Aredes el 23 de Marzo de 1943, desde muy chico quería ser artista y como todo habitante de un circo, polifacético, no era extraño verlo como tony, payaso, faquir, recitador, mago, titiritero y hasta maestro de ceremonia mientras forjaba su destino: hacer hablar a un muñeco, para ello se transforma en ventrílocuo. La ternura e inocencia de su personaje le permiten ser feliz y hacer feliz a las personas que lo ven y escuchan, máxime si estos son niños.

Como todo trotamundo! La vida lo obligó a defenderse con múltiple oficios: aprendió a ser carpintero, mecánico de motores, electricista, gasista, herrero, radio técnico, fotógrafo, pintor y... lo que la vida le pidiera hasta afianzarse como artista. Con cada oficio que aprendía trataba de superarse. Mientras solucionaba sus problemas económicos podía hacer lo que más le gustaba: actuar con su muñeco. Descubrió a quienes la vida no les dio posibilidades de conocer a un artista y volcó sus esfuerzos en tratar de lograr que todos los niños tuvieran igualdad de oportunidades. Así nació en Rodolfo Aredes la pasión por los humildes.

Ya casado, el 3 de Diciembre de 1980 con Elena Beatriz Naser, quién le regaló dos hijos, Jaime y Ruth, quienes apoyaron su vocación de hacer actuaciones gratuitas en las escuelas mas necesitadas, siguió con esta solidaridad, lo que le permitió conocer en profundidad las insuficiencias del niño y de sus familias, con quienes se compromete cada vez más en acercarles una ayuda material cada vez que actúa. Para los que vimos a Pepito actuar desde siempre, nos resulta muy difícil saber quien es quien en esta dupla exitosa que interpreta los sueños y la inocencia de los niños. Todos coincidimos en la importancia de la actuación del muñeco Pepito.

Acuña dos frases (¿cual de los dos?) Que cada niño tenga su juguete y Que cada anciano tenga una atención. Conocedor de las carencias de los que están en una situación límite y sabiendo que Pepito es el motor para hacer algo por ellos, tomo los recaudos para no depender de nada ni comprometerse con nadie, especialmente políticos que siempre quieren sacar provecho de las desgracias ajenas, encontró una salida en su trabajo unipersonal. Así se sumo a cuantas campañas solidarias aparecieran, aportando su trabajo, juguetes, golosinas y mercaderías varias, que siempre consigue gracia a las actuaciones de Pepito en Colegios de clase media. Para esto tiene una ley de fierro: que no se cobre entrada y cada niño pueda participar de las funciones remplazando la entrada con los artículos mencionados.

El pulso que más late en Rodolfo Aredes es su sentido solidario, lo que se hace muy difícil de digerir por quienes lo rodean. Para su familia es un lírico o lo peor: un loco que siempre encuentra el motivo para hacer lo que más disfruta: viajar en busca de la sonrisa de un niño, especialmente los de zonas desfavorables e inhóspitas, para sorprenderlo con un sueño hecho realidad: ver a un muñeco hablar.

A despecho de quienes no lo entienden del todo, Rodolfo Aredes se jacta con razón de conocer la casi totalidad de las escuelas de la provincia de Salta y gran parte del territorio jujeño. No importa donde se encuentren, ni que las leyes del país no alcancen a sus habitantes, después de viajar, muchas veces tras varios días, a pié o a lomo de mula llega con la ayuda al prójimo que espera y sufre.

Como artista, antiguamente Richard Smith como nombre artístico, hasta que adoptó el propio, Rodolfo, utilizando el apellido de su madre, porque el de Richard Smith creaba confusión y le hacia perder identidad argentina en el exterior, se destaco entre sus pares por sus presentaciones que no pasan desapercibidas o las devoran el olvido. Con talento y fibra de creador crea – mejor dicho Pepito lo hace – monólogos y comentarios de actualidad poniendo al descubierto a algún personaje del lugar. Ello hace disfrutar al espectador de un momento mágico, mientras se asombra al tratar de descifrar la vida del muñeco. Para Aredes la tiene como cualquier personaje de fisión que se identifica con el pueblo. Como Ventrílocuo ganó premios y menciones notables por sus actuaciones en la Argentina y el exterior, y muchas veces desarrolló su personaje, en privado, para las personalidades más importantes del país, ganándose siempre el aplauso que se merecen las personas que ponen su talento y sacrificio por lo que menos tienen.

Como solidario trabaja en silencio hace mas de los que están en mejores condiciones económicas o tienen obligaciones de hacerlo, sin estructura ni presupuesto, sin actos oficiales ni protocolos siembra y abre puertas para que mucha gente reciba lo que necesitan, en especial los niños, el espíritu que anima hoy a Rodolfo Aredes enmascarado en el muñeco Pepito, supera los modelos que, paradójicamente no sólo son modelos de gestión, sino también de concepciones culturales y políticas arraigadas en las prácticas sociales, donde la responsabilidad no sólo debe ser asumida por este loco suelto que se desvive por los otros sin compromisos algunos y solo lo hacen por voluntad propia o en busca de nada, como para sesear sus egos o dar libertad a sus gustos que incluyen a los niños o ancianos perteneciente a una sociedad no atendida por los responsables del entes oficial en el diseño de políticas de Estado.

Volver arriba